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El Club de Esquí Náutico de Madrid
¿Quién dijo que en Madrid no se pueden practicar deportes náuticos? A poco más de media hora de la capital, en Valdemorillo, hay un club de esquí náutico en el que puedes aprender a hacer esquí acuático como principiante desde el nivel más bajo posible, hasta convertirte en un experto capaz de realizar los saltos más espectaculares.
El pasado viernes fuimos invitados junto a otros bloggers por Heliocare -una empresa española que fabrica los fotoprotectores más avanzados del mercado– a disfrutar de una tarde de esquí náutico en un evento en el que nos presentaron sus productos y nos dieron una serie de consejos muy útiles sobre la protección solar. Por cierto, os recomiendo que visitéis el blog de Heliocare, que contiene un montón de consejos útiles sobre el sol y para utilizar bien los protectores y bronceadores, que ¡la mayoría de nosotros lo hacemos mal!
El club cuenta con un embalse de 800 metros de largo, con plataformas de salto y todo el equipo a disposición de los miembros, y los monitores, jóvenes pero con gran experiencia, utilizan un método de enseñanza que lo hace bastante sencillo y ameno.
Ninguno de nosotros había practicado nunca este deporte y, todo sea dicho, algunos de nosotros no estamos en la mejor forma física posible. Aun así, gracias a la paciencia del personal del club, la mayoría fueron capaces de ponerse de pié sobre los esquís, e incluso hubo quien llegó a usar la cuerda larga en una sola tarde.
Aunque Alegría consiguió esquiar varios metros sujeta a la barra y se lo pasó en grande yo no fui capaz de erguirme en ningún momento, motivo de más para plantearme quitarme algo de barriga y volver a intentarlo, para sacarme esa espinita que me quedó clavada 😉
Cómo llegar al Club de Esquí Náutico de Madrid:
Desde Madrid, salir por la M-503 hacia Villanueva de la Cañada. Al llegar a Valdemorillo seguir la indicación hacia la urbanización Cerro de Alarcón. Deberás cruzar una barrera vigilada por un guarda, al que tendrás que indicar que te diriges al club de esquí náutico. En la primera rotonda gira a la derecha y a pocos metros verás a mano derecha la entrada al club.
Recursos:
El Museo Cosmo Caixa de Alcobendas, ciencia interactiva
El Museo de la Ciencia de Alcobendas, conocido también como Cosmocaixa, es uno de los ejemplos de que el saber es divertido y un lugar donde hace un par de veranos nos convertimos en niños de nuevo para descubrir el mundo que nos rodea.
Ya en la parte exterior de la entrada nos encontramos con la primera maravilla, una esfera de piedra de dos toneladas que, situada en un pedestal a medida, rota suspendida en el agua que sale por la parte de abajo. La entrada básica no es cara e incluye las exposiciones temporales, aunque si quieres ir al planetario o a alguna actividad para los peques puede subir bastante.
Junto a la taquilla se encuentra un enorme péndulo de Foucault, que con su hipnótico balanceo nos demuestra que la Tierra gira mientras va tirando lentamente cilindros de metal situados en círculo a su alrededor. Y es que los dos pisos de que consta el Museo de la Ciencia están repletos de artilugios relacionados con la física, la biología y la química con los que puedes poner en práctica las leyes de la óptica, el magnetismo o la evolución. Todos los experimentos van acompañados de una breve explicación para que los más pequeños (y no tan pequeños) puedan saber con qué está relacionado. También hay una parte de exposición tal cual, como los modelos de los homínidos más importantes o el mural enorme de la evolución de la vida en la Tierra, pero siendo educativos resultan interesantes y curiosos porque están presentados de forma muy interesante.
He de decir que algunos padres parece que lleven a sus hijos a un parque, porque los sueltan sin control y los chavales se suben a los péndulos caóticos o rompen algunos experimentos con frecuencia. O no muestran ningún interés por lo que su hijo está haciendo o preguntando; una lástima porque es un lugar donde se puede aprender en familia.
Cuando estuvimos nosotros la exposición temporal era sobre dinosaurios (algo que personalmente me encantó) con fósiles reales procedentes del desierto de Gobi (Mongolia). Sin ser los más impresionantes que pueden verse, he de decir que el Tarbosaurus tiene un tamaño imponente y que disfruté como una enana leyendo sobre cómo las expediciones de principios del siglo XX descubrieron los fósiles.
Nosotros compramos también entrada para el planetario, donde nos proyectaron un pequeño documental sobre los 5 reinos en los que se dividen los seres vivos, todo ello con imágenes de microscópico electrónico de barrido impresionantes y modelos informáticos con los que nos podíamos meter dentro de una colonia bacteriana. Todo estaba muy bien explicado y nada complicado, ojalá estas cosas las hubiera podido disfrutar de pequeña.
En resumen, el Museo de la Ciencia CosmoCaixa es un buen lugar donde pasar la tarde de forma entretenida y aprendiendo cómo funciona el mundo en que vivimos. Tanto si vas acompañado con niños como si no, creo que es una visita obligada.