Roma: Descubriendo la ciudad eterna

Roma

Siempre he querido ir a Roma, supongo que por mi gusto por la historia; y este verano nos hemos aventurado a visitar la capital italiana, y de paso despertado en Alberto el interés por el país de la bota, jeje. Hemos pasado 3 días en Roma de lo más interesantes, disfrutando de sus monumentos, su comida y su calor, pues siendo verano era lo que nos tocaba.

RomaSi hay algo que caracteriza a la Ciudad Eterna es la armonía con la que conviven todo tipo de estilos arquitectónicas en ella: ruinas romanas, iglesias cristianas, edificios modernos, etc., que hacen que la visita sea un continuo viaje en el tiempo; de ahí su famoso apodo. Siempre que nos era posible nos encantaba ir mapa en mano callejeando de un lugar a otro, descubriendo en cada pequeña plaza una iglesia o una fuente con encanto, descansando en cualquier sitio y admirando las fachadas de los edificios. Así que aunque intentamos ver los monumentos más importantes, no pudimos evitar recrearnos también en los pequeños lugares.

RomaHablando de Roma e Italia, lo que no puede faltar si se visita es probar la comida de la zona, y aunque caímos en el tópico de la pizza, he de decir que estaba realmente buena y la masa era muy fina y sabrosa, además de que el queso no tiene nada que ver con el que encuentras por aquí. Los puestos cerca de los monumentos, aunque sean caros, ofrecen unos helados que en pleno Agosto se agradecían, pero al llevar poco hielo había que tener cuidado porque se deshacían enseguida.

En esta ocasión decidimos alojarnos en un apartamento que encontramos en Oh Rome (del grupo Go with Oh), donde tienen una oferta variada por toda la ciudad. Para desplazarnos utilizamos sobre todo el metro, que debe de haber sido una proeza construirlo sin toparse con ruinas romanas. Sólo hay dos líneas y los autobuses y tranvías llegan a más sitios, pero lo que nos interesaba ver estaba cerca de las estaciones e íbamos caminando desde ellas.

No me he olvidado del Vaticano, visita casi obligada si vas a Roma, pero como técnicamente es otro país, prefiero dedicarle una entrada para él solito, pues es todo un mundo aparte 😉

Roma

Junto a los monumentos siempre hay puestos donde comer helados y beber.

Roma

No es extraño encontrarse iglesias junto a arcos de triunfo romanos .

Roma

Roma está llena de iglesias que podemos admirar tranquilamente desde una terraza.

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8 comentarios para “Roma: Descubriendo la ciudad eterna”

  • Sin duda, se ve que habéis disfrutado mucho, muy buena foto la que abre el articulo…

  • Aran:

    Qué ganitas de volver a Roma… Espero poder hacerlo pronto porque es una ciudad que me encantó 🙂 Gracias por traerme tan buenos recuerdos. Un saludo!

  • Hola, me ha encantado la descripción que hacéis de lo que supone pasear por la ciudad. Yo estuve hace unos años unos días y era constantemente ver cosas interesantes por donde pasaras o por donde miraras, cada rincón tenía algo que contemplar. Y bueno, yo tampoco pude ver la ciudad de cabo a rabo pero disfruté muchísimo con esas pequeñas cosas que te regala patearte una ciudad con tanta vida como lo es Roma. Por supuesto, siempre he tenido ganas de volver y ahora al leer vuestro artículo muchas más!!
    ¡Un saludo!

    • Hola Ana! Gracias por el comentario! Yo creo que cualquier persona que viaje a una Roma para algo más que ver sus monumentos se da cuenta de lo que cuento en el post, es una ciudad para disfrutar en cada paseo; y sin saber de arte ni historia, simplemente con los ojos y la mente abiertos. Nosotros queremos volver para ver otros cuantos monumentos y disfrutar de otros rinconcitos.

      Leer sobre una ciudad que te ha gustado siempre hace que tengas ganas de más, a todos nos pasa, un saludo! 😉

  • ¡Bonito post! Muy bien descrito Roma, con los cinco sentidos: el gusto (mmm.. pasta), la vista (es sencillamente monumental), el tacto (no me quiero ni imaginar el calor de agosto…) el oído (bueno, en realidad no habéis comentado lo dolcissimo del italiano, pero a mi me encanta!) y… ¿el olfato? ¿qué tal el olfato? 😛

    Un abrazo!

    • Hola Carmen! Cierto, no he dicho nada sobre el italiano, pero supongo que es porque me habitué al acento y me pasó desapercibido, pero tienes razón, es un idioma que me encanta jajaja. Respecto al olfato, me quedo con el olor de las fuentes, un frescor (que se agradecía) mezclado con el de la comida de los puestos o de la gente que llevaba algo en la mano.

      ¡Sí que es cierto que es para disfrutarla con los 5 sentidos! 😀

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