Los caminos de torii de Fushimi Inari
Uno de los lugares que más me gustó de nuestro viaje a Japón fue Fushimi Inari, un santuario muy particular y uno de los lugares más famosos de Kyoto. Lo que lo diferencia de los demás son los caminos formados por torii que recorren toda la colina donde se sitúa.
Inari es el dios sintoísta del arroz y la agricultura, y sus templos están flanqueados por estatuas de kitsune, un ser mitológico con forma de zorro al que se le otorgan poderes como la transformación, volar y sabiduría. Son considerados los sirvientes de Inari y al dios se le representa en ocasiones como un kitsune. En la colina donde se encuentra hay multitud de pequeños templos sintoístas y a ellos se llega por los caminos cubiertos de torii, formando verdaderos túneles rojos.
Estos pórticos de madera son casi todos donaciones de particulares o empresas al templo para conseguir la protección de Inari, y por la parte de atrás puede leerse a quién pertenece; un detalle que si sabes japonés le quita mucho glamour al lugar, ¿no creéis? También hay un camino que recorre un pequeño bosque de bambú, que aunque no es tan impresionante como el de Sagano, merece la pena recorrerlo y escuchar el chocar de los troncos cuando hace aire.
Nosotros estuvimos al atardecer y fue como transportarse a otra época; la tranquilidad que se respira y se siente mientras caminas da la sensación de no estar en una urbe japonesa, sino en mitad del campo. Realmente, por mucho que os diga lo especial que es este lugar, no hay palabras para describir las sensaciones que te proporciona un lugar así. Es algo que debéis experimentar por vosotros mismos.
Recursos:
- Galería de fotos de Fushimi Inari en flickr
- Ubicación en Google Maps
- Post sobre Fushimi Inari en el blog ‘Un español en Japón’
Que envidia me dais 😛
Me encantan las fotos *_*
La verdad es que las fotos son viejillas, tengo ganas de volver para hacerle un reportaje en condiciones. Y no digas eso, seguro que vas a Japón pronto 🙂
Cuando fuí al templo, en una de las primeras encrucijadas (hay varias), cogí el camino equivocado, y estuve andando durante al menos una hora por un camino muy estrecho, bordeando la montaña sin otra cosa que naturaleza, bichos y algún cartel que indicaba la peligrosidad de estos últimos. En el camino encontré un par de cementerios Inari, con una cascada en el medio, fue muy chulo.
Después pude dar la vuelta y retomar el camino correcto, para disfrutar, esta vez sí, de las puertas torii del templo. ¡Lástima que no subí hasta la cima!
Bueno, pero en cambio viste otras zonas que la gente suele perderse! No hay mal que por bien no venga, verdad? 😉
¡Qué recuerdos! Yo estuve al amaneces y me perdí totalmente en la montaña hasta llegar a un pequeño bosque de bambú. Uno de mis rincones preferidos, sin lugar a dudas.
lo de perderse por la montaña debe ser algo que le pasa a mucha gente… pero creo que incluso merece la pena! 😀
Maravilloso. Y qué bien lo cuentas. Gracias por compartirlo. Me ha encantado aprender algo nuevo. Creo qu seguiré leyéndote.