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Un paseo por el barrio gótico de Barcelona

Barrio gótico de Barcelona

Hace un mes estuvimos en Barcelona, una ciudad española que siempre había tenido ganas de visitar pero que, debido a que vivía en la otra esquina del país nunca había tenido oportunidad. No llevábamos un plan elaborado, ya que fuimos a probar el servicio gratuito de wifi que ofrecen todos los hoteles Ibis, y sabíamos que podíamos mirar qué ver una vez en el hotel. Al final decidimos perdernos por uno de los lugares con más encanto de la ciudad condal, el barrio gótico, junto a nuestros amigos barceloneses David, Oscarcillo, Mónica y Julia, que nos hicieron de guías.

Barrio gótico de BarcelonaDebo decir que El Gòtic es como dar un salto en el tiempo: estás paseando por Las Ramblas, te metes por una calle lateral y de repente todo cambia, las calles se vuelven estrechas y los edificios de piedra con dinteles cincelados se vuelven los protagonistas. Sus calles caóticas nos transportan a una época en la que la ordenación urbana no existía, formando un laberinto que contrasta con el orden perfectamente cuadrangular del resto de la ciudad.

Nuestro paseo fotero comenzó en la Plaza de Sant Jaume, uno de los lugares importantes del barrio gótico. Antiguamente albergó el foro romano y actualmente se encuentran el Palacio de la Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona, un lugar muy concurrido y que sirve de paso a todos los turistas que visitan esta parte de la ciudad. Deambulamos por las callejuelas sin rumbo fijo y terminamos en la Catedral de Barcelona, donde unos músicos ofrecían a los turistas su arte con muy buen humor. Volvimos a callejear, llegando al conocido Puente del Obispo, que une el Palacio de la Generalitat con la Casa dels Canonges. Barrio gótico de BarcelonaDice una leyenda que si miras a la calavera que hay justo debajo del puente tendrás mala suerte; espero que hacerle una foto no cuente 😉 Nuestra visita al barrio gótico concluyó en la basílica de Santa María del Mar, la famosa Catedral del Mar del libro de Ildefonso Falcones. Aunque hay quien considera que no se encuentra dentro del gòtic, merece la pena acercarse a esta robusta y sobria iglesia del siglo XIV, patrona de los pescadores.

Me sorprende la cantidad de dragones que hay por todo el barrio gótico: gárgolas, relieves en las puertas de los edificios, en los letreros de las calles… Mires done mires es fácil ver alguno. Supongo que tendrá que ver que San Jorge (o Sant Jordi), el matadragones más famoso, sea una figura de gran importancia en Cataluña.

Sin duda mi primera visita a Barcelona, a pesar de no contener monumentos más representativos como la Sagrada Familia fue de lo más interesante, descubriendo contrastes y un lugar donde seguro que a la próxima visita descubro algo nuevo 🙂

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Barrio gótico de Barcelona

Ayuntamiento de Barcelona, situado en la plaza de Sant Jaume

Barrio gótico de Barcelona

Uno de los muchos dragones que se pueden ver en el barrio gótico de Barcelona

Barrio gótico de Barcelona

Músicos frente a la catedral de Barcelona, un lugar muy concurrido del barrio gótico

Recursos:

Las catacumbas de París

París - Catacumbas de París

La capital francesa es una ciudad con una gran variedad de monumentos para visitar; uno de los más peculiares (y algo macabro) es la visita a las catacumbas de París, antiguas canteras de piedra caliza reconvertidas en osario. Se trata de la mayor necrópolis subterránea, con aproximadamente 6 millones de esqueletos en sus galerías, y en su interior podemos conocer más acerca de la geología del lugar y parte de su historia.

París - Catacumbas de ParísEl suelo sobre el que se asienta París está constituido por piedra caliza, muy apreciada en la construcción. En la Edad Media se comenzaron a excavar galerías en los alrededores para extraer los sillares que luego se emplearon en todos los edificios góticos de la ciudad, como la catedral de Notre Dame. Si os fijáis podéis encontrar pequeñas impresiones de caracoles en los puentes del paseo del Sena, que son iguales a las que se muestran durante la visita a las catacumbas.

En el siglo XVIII, debido a derrumbamientos de las galerías por todo París, se dejaron de explotar y se decidió convertirlas en el osario municipal, trasladando primero los huesos del Cementerio de los Inocentes (que habían cerrado por problemas sanitarios), y después de otros muchos. A principios del siglo XIX se colocaron de forma ornamental, convirtiendo las galerías en un espectáculo macabro que recibió la visita de incluso reyes.

París - Catacumbas de ParísLa visita a las catacumbas de París recorre una pequeña parte del laberinto de galerías de las canteras, explicando mediante carteles en varios idiomas (español incluído :)) su historia, el método de trabajo de la IGC, muestras de fósiles extraídos en ellas (algunos impresionantes). Es un trayecto un poco claustrofóbico debido a lo estrechos que son los pasadizos, y a veces el techo no llega ni a los 2 metros. Después de una sección con fósiles y una pequeña clase de geología sobre el suelo parisino, llegamos a la ruta por el osario, donde no está permitido hacer fotos con flash pero puedes llevar una linterna. Me llamó la atención que existiera una capilla que era utilizada por los trabajadores que decoraron el osario con las tibias y los cráneos.

Las catacumbas de París pueden visitarse de martes a domingo, con un precio de 8€ y un recorrido de aproximadamente 45 minutos. Conviene presentarse con bastante antelación porque suele haber cola; lo ideal es intentar estar antes de que abran para evitar aglomeraciones. El horario es de 10:00h de a 16:00h.

Cómo llegar a las catacumbas de París:

La manera más fácil de llegar a las catacumbas es en metro. Se encuentran junto a la estación de Denfert-Rochereau, a la que se puede llegar con las líneas 4 y 6. Una vez en la calle, tenéis que caminar hasta la Plaza de Denfert-Rochereau, que reconoceréis por la enorme estatua de un león que tiene. La entrada está situada en el parque junto a la plaza.

París - Catacumbas de París

Los huesos están dispuestas de maneras muy curiosas, como estas calaveras en forma de corazón.

París - Catacumbas de París

Campanile giganteum, el mayor gasterópodo marino de todos los tiempos, con una concha de 70 cm de largo.

París - Catacumbas de París

En el recorrido de las catacumbas podemos encontrar maquetas excavadas en la roca.

París - Catacumbas de París

Galerías del osario, cuyas paredes están compuestas de tibias y cráneos.

 

Recursos:

Vídeo: Un fin de semana en Roma

Roma es una ciudad muy difícil de condensar en unas pocas imágenes, pero he intentado transmitir nuestra experiencia allí para que veáis algunas de las cosas que podéis encontrar en la Ciudad Eterna. Espero que os guste el vídeo tanto como a mí realizarlo 🙂

 

Las maravillas de los Museos Vaticanos

Ciudad del Vaticano - Museos Vaticanos

No soy amigo de pasarme muchas horas en los museos cuando viajo por pocos días, pero en nuestra pasada visita a Roma decidí hacer una excepción con los museos vaticanos para ver lo que todo el mundo considera una visita indispensable y comprobar de primera mano si realmente merece la pena.

Fuimos caminando desde el apartamento que encontramos en Oh-Rome, que estaba situado muy cerca de la parada de metro de Ottaviano-San Pietro, así que podíamos llegar en poco más de 10 minutos. Por lo que nos habían comentado esperábamos encontrarnos con una cola de espanto pero, quizás por ser lunes, tampoco fue algo exagerado. Hubiera sido diferente si hubiéramos ido un domingo a fin de mes, ya que los últimos domingos de cada mes la entrada es gratuita y se forman enormes aglomeraciones. De todos modos nosotros habíamos comprado las entradas por internet, algo muy útil para evitar las colas, así que ni siquiera tuvimos que esperar.

Ciudad del Vaticano - Museos VaticanosLo primero que me llamó la atención fueron las medidas de seguridad que había nada mas entrar. Como si de un control de aeropuerto se tratase, tuvimos que pasar las bolsas de las cámaras, los móviles, las llaves y el cinturón por la máquina de rayos X, y dejar el trípode en el guardarropa tras cruzar un arco detector de metales.

Para acceder hay una impresionante rampa en espiral y unas escaleras mecánicas. Nosotros escogimos el camino largo y pudimos contemplar réplicas de madera de distintos barcos y canoas procedentes de todo tipo de culturas y rincones del mundo. Yo lo recomiendo porque son una maravilla, aunque haya que andar bastante más.  El Patio de la Piña sirve de antesala a los museos, con una enorme escultura de una esfera metálica que gira en el centro.

Ciudad del Vaticano - Museos VaticanosNada más entrar nos encontramos una extensa galería llena de bustos y estatuas grecorromanas de todas clases, un buen comienzo pero que después de una hora saturaba un poco para alguien que no entiende mucho de arte. A lo largo de las salas que visitamos contemplamos estatuas, tapices, pinturas y frescos, griegos, romanos, egipcios, etruscos, etc., en una colección muy extensa y que sin duda es de un valor incalculable. La sala que más me gustó fue una que contenía exclusivamente estatuas de animales, con una variedad, realismo y movimiento sorprendentes. Lástima que no se pudiese acceder a ella y a través del pasillo apenas pudiera ver todo lo que había allí dentro.

Ciudad del Vaticano - Museos VaticanosLos techos de las salas también son espectaculares, puedes recorrer los museos mirando hacia arriba perfectamente. Después de varias horas llegamos a la famosa Capilla Sixtina. Me impresionó el detalle y la cantidad de pinturas, pues está completamente pintada, desde la pared al techo. Me habían dicho que no se apreciaba nada porque estaba muy alta la bóveda, pero no es cierto, a pesar de la altura se pueden admirar las obras de Miguel Ángel perfectamente, aunque la postura no sea demasiado cómoda. También hay que decir que la actitud de la gente no ayudaba nada, hablando casi a gritos y tirando fotos a pesar de que se pedía silencio y no hacer fotos. Pero merece la pena verla, tiene su fama bien merecida.

Ciudad del Vaticano - Museos VaticanosNo pudimos ver el otro ala de los museos vaticanos, pues se nos hizo la hora de cerrar, aunque a lo mejor habíamos tenido suficiente mármol por un día. Las mal llamadas escaleras de Bramante conducen a la salida, y digo mal llamada porque realmente fueron construidas por Giuseppe Momo y no por Bramante. Se trata de dos escaleras helicoidales que dan el efecto de ser una sola porque bajan en el mismo lugar.

Estando dentro de los museos se desató una tormenta que a la salida se había convertido en un diluvio, y la gente se apelotonaba sin ganas de mojarse. Los los accesos a los museos vaticanos están llenos de puestos y de gente que vende todo tipo de souvenirs, pero mágicamente ahora todos vendían paraguas y chubasqueros. No sé de dónde los habían sacado, o si habían transmutado los rosarios como si fueran alquimistas.

En resumen, los museos vaticanos tienen fama de visita imprescindible, y aunque no entiendas de arte merecen mucho la pena. Eso sí, prepárate para pasar un día entero allí, ¡porque son enormes!

Ciudad del Vaticano - Museos Vaticanos

Escaleras de salida de los museos vaticanos, obra de Giuseppe Momo

Ciudad del Vaticano - Museos Vaticanos

Las extensas galerías están repletas de estatuas y bustos grecorromanos

Ciudad del Vaticano - Museos Vaticanos

la ‘esfera dentro de esfera’, de Arnaldo Pomodoro, decora el Patio de la Piña

Ciudad del Vaticano - Museos Vaticanos

Uno de los numerosos tapices de los museos vaticanos, finamente tejido

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