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Primos Tour: El nacimiento de una tradición viajera

Saint-Émilion

Hoy voy a hablaros de mi familia, concretamente de mis primos José y Rubén y de mi hermano Adrián, los cuatro primos que de pequeños siempre estábamos juntos. Tenemos edades cercanas y por lo tanto crecimos juntos, fuimos al mismo colegio, éramos compañeros de juego y muchas veces nos quedábamos en la misma casa al cuidado de mi madre o mi tía.

Siempre estuvimos muy unidos hasta que nos fuimos haciendo mayores y nuestros caminos se fueron separando, pues aunque somos de una ciudad, es una ciudad pequeña y no hay muchas opciones a la hora de elegir estudios superiores y encontrar trabajo, así que ahora estamos repartidos por Extremadura, Madrid, Salamanca y Normandía.

Primos Tour CaenHace ya casi cuatro años pensamos que teníamos que volver a reunirnos y revivir los viejos tiempos, así que decidimos hacer un viaje los cuatro juntos y pasar unos días solos en alguna ciudad haciendo turismo, relajándonos y bebiendo cerveza (es lo nuestro, qué le vamos a hacer ;)).

Así pues, decidimos que un buen destino sería Bruselas (en parte por nuestra afición cervecera) y que una buena fecha sería Abril, nos las apañamos para cuadrar nuestras vacaciones, reservar los vuelos y contentísimos fuimos contando los días hasta la fecha de salida… Y cuando sólo faltaban 3 días para que la cuenta atrás acabara, un volcán islandés decidió que era mejor que no nos fuéramos.

La erupción del volcán Eyjafjallajökull escupió una nube de ceniza que no sólo cubrió lo cielos Belgas y de otros tanto países, sino que ademas dejó paralizado por varios días todo el tráfico aéreo europeo.

Pero bueno, eso no iba a detenernos. Siempre podíamos ir en tren, aunque perdiéramos un día… O quizás no.

La Sociedad Nacional de Ferrocarriles de Francia se encontraba en plena huelga indefinida y, evidentemente, no iban a cancelarla para que nosotros nos fuéramos a beber cerveza, con lo que ya van dos elementos que habían decidido que era mejor que no nos fuéramos.

Primos Tour Normandia¡Pero todavía nos quedaban recursos! Decidimos que Adrián y José se acercaran a Madrid en coche, me recogieran y luego continuáramos hasta Bruselas conduciendo, donde nos encontraríamos con Rubén. Al fin y al cabo, turnándonos tres conductores podríamos llegar en poco más de 15 o 16 horas, que era una paliza, pero asumible.

Evidentemente, algo tenía que fallar y el coche se averió a escasos kilómetros de Madrid.

¡Nuestro gozo en un pozo! Al final decidimos tirar la toalla y cancelar las vacaciones, pero eso nos hizo cogerlo con más ganas la siguiente vez.

En verano del mismo año volvimos a intentarlo, y esta vez con intención de ir no solo a Bruselas como teníamos planeado en la primera y fallida reunión, si no también alguna otra ciudad de Flandes e ir a pasar algún día a Amsterdam.

Y, sí, esta vez lo conseguimos, y no sólo eso, sino que decidimos hacer un viaje los cuatro juntos cada año a partir de entonces. Fue el inicio de una tradición que este año ha celebrado su cuarta edición y que nosotros llamamos el «Primos Tour«.

Por supuesto os seguiré hablando de los lugares que visitemos, como ya os he hablado de nuestro viaje por la zona del desembarco de Normandía, nuestra excursión a Saint Emilión, o de la tarde que pasamos en la terraza del bar 2Be de Bruselas que, por cierto, fue el primer post de este blog 🙂

Los primos en Amsterdam

Los primos en Amsterdam

Primos Tour Normandía

Los primos en Normandía

Podéis ver todos los artículos relacionados con los sitios que he visitado en los Primos Tour siguiendo la etiqueta «primos-tour«.

Un fin de semana viajando en coche por Normandía

Normandía - Zona del desembarco

Muchas veces, a la hora de elegir un destino, nos sentimos limitados por temas económicos o incluso por horarios. El vuelo que nos cuadra en el presupuesto sale demasiado temprano o demasiado tarde y no hay servicios de transporte regulares desde el aeropuerto; sólo hay un tren al día, hay que cogerlo en una ciudad lejana,  hace mil paradas y tarda un montón de horas; no hay autobuses regulares que hagan el recorrido que queremos… Pero también muchas veces pasamos por alto destinos que son relativamente cercanos y que, si haces en compañía de otros conductores, pueden resultar muy interesantes para hacer un road trip en coche.

Catedral de San Pedro en CaenMis primos y yo hemos optado por viajar de esta forma en más de una ocasión. Aprovechando que uno de ellos vive en Caen, hace dos años fijamos en esta ciudad francesa nuestro campamento base (que es una forma más interesante de decir que «tiramos las colchonetas hinchables en el salón de su casa») e hicimos un recorrido por la zona del desembarco de Normandía, esta vez en el coche de mi primo, pero lo cierto es que estuvimos valorando alquilar uno por si no pudiéramos contar con él, ya que por suerte hay oficinas de Sixt por todo el mundo y nos daban la posibilidad de alquilar un coche todo el fin de semana para los cuatro por poco más de 20€ cada uno.

Evidentemente, lo primero que visitamos fue Caen. Al hacer noche allí era una buena opción empezar viendo esta ciudad que, a pesar de que fue destruida casi en su totalidad durante la Segunda Guerra Mundial, conserva un impresionante castillo y un importante número de iglesias y monumentos históricos. Además, al no tener prisa por movernos, aprovechamos para cervecear tranquilamente en las terrazas de sus bares.

Una bomba de 1000 libras en el museo del desembarco de ArromanchesAl día siguiente y con resaca las pilas recargadas, hicimos un recorrido que empezó cruzando el nuevo puente Pegasus en dirección a Arromanches, donde tras pasear por la playa de Gold Beach, plagada de bloques de hormigón que pertenecieron a un puerto mulberry, visitamos el museo del desembarco y nos comimos un buen plato de moules-frites o, lo que es lo mismo, mejillones con patatas fritas.

Nuestro viaje continuó dirigiéndonos hacia el cementerio americano de Omaha-Beach, no sin hacer antes una parada para contemplar las baterías alemanas de Longues-sur-Mer. Pasamos un buen rato buscando a los medalla de honor como nos recomendaron que hiciéramos pero, llamadnos torpes, no encontramos a ninguno de los tres que se supone que hay así que, como nos faltaba mucho por ver, sólo nos detuvimos un rato en Pointe-du-Hoc.

Ya de vuelta, como estábamos asados de calor y no teníamos ropa de baño, fuimos recorriendo los puestos y tiendas que había por los pueblos de la costa en busca de bañadores para darnos un chapuzón de última hora. Los precios que se veían eran completamente disparatados, y nuestras ganas de bañarnos iban en aumento, con lo cual, buscamos una playa nudista que supuestamente hay cerca de Merville, y realmente no se si la encontramos o no, pero como por allí había un señor en cueros, pues nosotros nos fuimos en cueros al agua también (perdonad que de aquello no haya fotos ;)).

Dejamos bastantes cosas en el tintero (buena excusa para tener que volver), pero no íbamos a estar muchos días, y también queríamos visitar algunos lugares más, como el impresionante (y masificado) Mont Saint-Michel, del que ya os hablaré, porque merece un artículo para él solo.

Muralla del castillo de Caen

Muralla del castillo de Caen

Tumbas en el cementerio americano de Omaha-Beach

Tumbas en el cementerio americano de Omaha-Beach

Baterías alemanas de Longues-sur-Mer

Baterías alemanas de Longues-sur-Mer

Bloques de hormigón del puerto mulberry de Arromanches

Bloques de hormigón del puerto mulberry de Arromanches

Recursos:

Saint Émilion: paseando entre vides

Viñedos de Saint Émilion

Seguro que todos los aficionados al vino ya conocéis la denominación de origen de Saint Émilion; una pequeña región cercana a Burdeos famosa por sus tintos. Rodeada de viñedos hasta más allá de lo que alcanza la vista, esta pequeña población del norte de Aquitania es un lugar donde perderse durante horas y relajarse paseando por los caminos que comunican sus châteaux.

Viñedos de Saint ÉmilionTodos los años hago un viaje con mi hermano y mis primos que, ya que cada uno vivimos en un sitio distinto, nos sirve como excusa para reunirnos y pasar unos días juntos. Este año, gracias a que nos dejaron un piso en Burdeos, decidimos aprovecharlo y pasar 5 días por la zona y hacer una escapada para visitar Saint Émilion.

Lo primero que hicimos al llegar fue dirigirnos al centro del pueblo. No nos costó encontrar la oficina de turismo, donde cogimos unos cuantos panfletos y mapas en los que se mostraban los diferentes châteaux que estaban abiertos al público. Cada château tiene su propia oferta, desde una simple cata de sus caldos, degustación de queso o una pequeña lección de maridaje, hasta una visita completa por el château y los alrededores, en los que te explican todo el proceso de elaboración y distribución del vino, con varios idiomas para elegir.

Viñedos de Saint ÉmilionSi sabéis francés quizás os estéis imaginando los châteaux como unas enormes casas señoriales con sus tierras alrededor, o incluso algún tipo de castillo, pero no os hagáis ilusiones. Simplemente es como se denominan las fincas productoras de vino de la zona, aunque sí es cierto que hay algunas realmente bonitas.

Así pues, una vez tuvimos la información necesaria y hubimos visto las diferentes opciones que teníamos, decidimos seguir uno de los caminos propuestos rodeando Saint Émilion y pasar la mañana paseando entre viñedos. Resultaba impresionante y muy relajante mirar a lo lejos y ver las enormes extensiones de campos de vides perfectamente alineadas hasta el horizonte. Además, a pesar de estar en pleno verano, la temperatura era realmente agradable, con unas nubes discretas que proporcionaban la sombra justa, y que además quedaban muy fotogénicas.

Quizás muchos considerarían que en un viaje tan corto como el que realicé (sólo estuve 4 días por la región), el estar una mañana entera holgazaneando entre campos sería una pérdida de tiempo. ¡Con la cantidad de cosas que hay que visitar! Pero, creedme, es algo que me alegro mucho de haber hecho y que además recomendaría a cualquiera. Al fin y al cabo, ¡estás en la tierra del vino! ¿Qué mejor manera de ir abriendo el apetito para luego regar una buena comida con los mejores tintos del mundo? 😉

Viñedos de Saint Émilion

La torre y el campanario de Saint Émilion sobresalen por encima de las lomas cubiertas de vides.

Viñedos de Saint Émilion

Los viñedos se extienden hasta más allá de donde alcanza la vista.

Viñedos de Saint Émilion

El camino entre los viñedos es fácil y agradable.

Cómo llegar a Saint Émilion:

Lo mejor y más cómodo para llegar a Saint Émilion es utilizar el coche. Está a tan solo 35Km siguiendo la carretera N89 y tomando la salida hacia la D1089, la cual deberemos seguir y tomar las indicaciones hacia D243-Saint Émilion.

Si preferimos viajar en transporte público, hay un servicio de autobuses que sale desde la esquina junto a la oficina de turismo de la calle Orleans, pero realmente no es recomendable (tiene un servicio muy limitado en cuanto a frecuencia y horarios).

Es más prátcico tomar el tren, desde la estación de Burdeos Saint-Jean, tomando la línea que va hacia Libourne. Hay trenes de vuelta hasta las 21h. Eso sí, la estación está a más de kilómetro y medio, y el camino es cuesta arriba (aunque no es muy pronunciada). Para llegar al pueblo sólo hay que salir de la estación y seguir la carretera hacia la derecha.

Recursos:

Foto de cabecera realizada por mi hermano, Adrián Rodríguez.

La tienda del bar 2Be en Brujas

Brujas - 2Be Tienda y Bar

En el centro de Brujas, en dirección sur-este desde la plaza del mercado y dejando la torre del Campanario de Brujas a nuestra derecha, no hace falta caminar mucho para llegar hasta un lugar indispensable para cualquier amante de la cerveza que visite la ciudad.

Brujas - 2Be Tienda y Bar

«2Be» es un local de tres plantas con patio interior y terraza en el que se alberga una de las mayores tiendas de productos Belgas de la ciudad. En ella pueden encontrarse varios productos típicos, como chocolate u otros dulces, pero sin duda, lo que más destaca, es la gran cantidad de cervezas diferentes que tienen expuestas.

La tienda es una auténtica exposición en la que nos muestran hasta 780 cervezas diferentes, todas de procedencia Belga, dejándonos bien claro que Bélgica es el país de la cerveza.

¡Pero eso no es todo!

Si continuamos hacia el interior, pasando de largo la entrada a la tienda, cruzaremos un patio con mesas pertenecientes a un bar en el que puedes probar algunas de dichas cervezas (aunque por supuesto, la oferta es mucho menor que en la tienda), y si hace buen día, puedes seguir hacia adentro y salir a una terracita que queda rodeada por el agua de los canales frente al Muelle del Rosario.

Brujas - 2Be Tienda y Bar

Otro punto curioso del sitio son los servicios. Es necesario introducir monedas para poder abrir la puerta (salvo que pilles a alguien saliendo en el momento) y no son demasiado grandes, pero resulta llamativo ver que el lavabo es en realidad una pecera, con peces vivos.

Un lugar en el que se mezcla la arquitectura clásica de la zona con numerosos detalles de modernidad. Personalmente, fue una de las tiendas de Brujas que más me gustaron, precisamente por su comodidad. Por cierto, cerveceros, ¿habéis probado la Lindemans Kriek de barril? 🙂

Brujas - 2Be Tienda y Bar

Cerveza de cereza ‘Lindemans Kriek’

Brujas - 2Be Tienda y Bar

Terraza del bar «2Be» vista desde el Muelle del Rosario (Rozenhoedkaa)

Recursos: