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El ambiente y la decoración navideña de Covent Garden
Nuestra visita a Londres podría decirse que tuvo una planificación express; lo organizamos todo con muy poca antelación y eso hizo que nos costara un poco reservar vuelos a Londres. Pero gracias a la gran oferta aérea nos salimos con la nuestra y pudimos ir a disfrutar de la ciudad del Támesis, que ya empezaba a mostrar su decoración navideña.
Covent Garden es uno de los primeros lugares en vestirse para la Navidad londinense, a principios de Noviembre. Es un conocido mercado bajo techo que muchas veces es ensombrecido por Candem Town, pero merece la pena verlo, sobre todo en estas fechas. Sus dos niveles de tiendas, puestos y restaurantes se llenan de guirnaldas y lucecitas de colores, y del techo de la galería cuelgan bolas decorativas gigantes. Nosotros, como buenos foteros, con todas estas cosas bonitas a nuestro alrededor, no pudimos evitar hacerle fotos a todos los rincones decorados, captando el ambiente navideño y observando cómo la gente hacía sus compras.
Covent Garden está repleto de tiendas de todo tipo: ropa, decoración, comida, y multitud de puestos en los que podías comprar souvenirs típicos (y no tan típicos), adornos navideños muy bonitos y muchas más cosas. Pero no sólo dentro del mercado podemos encontrar cosas interesantes, pues los alrededores están plagados de tiendas como la Apple Store, puestos, kioskos y restaurantes.
La verdad es que es un lugar muy animado y suele haber actuaciones callejeras, sobre todo al lado del enorme árbol de Navidad que habían situado en uno de los extremos de la galería. ¡Cómo se nota que les gustan las cosas a lo grande a los londinenses! A la entrada de Covent Garden tienen un reno gigante con bufanda y gorro de lana incluido 🙂
Hablando de actuaciaciones, en el interior del mercado había unas chicas tocando música clásica mientras bailaban al son, y además de hacerlo maravillosamente y de ser divertidas, no dejaron de tocar en las más de dos horas que estuvimos dando vueltas por allí. Aquí tenéis un vídeo para que veáis el arte que tienen:
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La belleza del otoño en Hyde Park
El último día que pasamos en Londres, aprovechando que no teníamos que irnos hasta media mañana y que el hostel donde nos hospedábamos se encontraba al lado (su nombre, «Smart Hyde Park View Hostel«, os da una idea de lo cerca que estábamos), decidimos pasar la mañana en Hyde Park, un inmenso parque en la zona de Notting Hill donde la gente va a pasear y a hacer ejercicio. Así que después de coger fuerzas con el desayuno buffet del hostel nos encaminamos hacia allí.
Realmente la extensión de terreno la forman Hyde Park y Kensington Garden, pero la parte más famosa es la primera, aunque la segunda no tiene nada que envidiarle. Las nubes y la lluvia del día anterior habían dado paso a un día completamente despejado, y como nos levantamos muy temprano encontramos el parque con una neblina que, unida al sol bajo de la mañana convertía a los transeúntes en siluetas que se recortaban como en un sueño. A pesar del frío, el paseo apetecía, supongo que en parte por el solazo que se levantaba, y nos unimos a las personas que hacían footing o paseaban con sus mascotas e hijos.
Hyde Park es enorme, y en su interior podemos encontrar varios lagos, multitud de caminos entre arboledas y praderas por las que perderse, ¡y hasta un pequeño recinto hípico donde daban clases a chavales!. Desde luego, el parque es un lugar que ofrece muchas posibilidades, puesto que vimos incluso a gente paseando a caballo por el parque, y algunos paseando a la vez a sus perros. Otro de los atractivos del parque son los monumentos dedicados a Lady Di y a los animales que sirvieron y murieron en la Primera Guerra Mundial, que por falta de tiempo no pudimos visitar pero que la próxima vez no nos perderemos.
Como foteros no dábamos abasto a los detalles y momentos que nos brindaba el Hyde Park con la neblina y la gente que paseaba o corría, pero aún nos quedaban por ver animales, pues el parque está lleno de palomas, gansos y otras aves… ¡y ardillas!. Fue ver la primera y nos volvimos como locos, acechándola y acercándonos todo lo que podíamos para sacarle la mejor foto como si fuéramos paparazzi. Las que viven aquí están muy acostumbradas a la presencia de los humanos y cerca de la famosa Speaker’s Corner nos paramos a jugar con ellas y dejar que comieran de nuestra mano.
Fue una lástima que enseguida nos tuviéramos que marchar al hostel para hacer el check out y marchar al aeropuerto. Pero cuando volvamos a Londres, creo que pasaremos un día tranquilo en Hyde Park para desconectar del ajetreo de la ciudad.
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Una fugaz escapada a Londres
Londres siempre ha sido una ciudad que nos ha llamado mucho la atención. Desde hace años habíamos querido visitarla, pero por unos motivos u otros, lo máximo a lo que había llegado era a conocer uno de sus aeropuertos alguna vez que pasé por él para hacer transbordo. Por suerte, hace dos fines de semana y con la compañía de Mònica y Jóse, pudimos ir y quitarnos esa espinita.
La idea del viaje surgió la anterior vez que fuimos a Barcelona. Mònica dijo que estaría bien irnos a algún sitio juntos, y como ella también es fan de Londres, sin pensárnoslo mucho más buscamos unos vuelos baratos y un alojamiento bien comunicado a través de HostelBookers y nos preparamos para la escapada.
Evidentemente, al ser nuestra primera visita a la ciudad, caímos un poco en los tópicos y nos dimos una vuelta por la zona más turística de las orillas del Támesis. Fuimos en metro hasta la parada de Westminster, que está justo junto a las casas del parlamento. Nada mas salir nos encontramos al lado del Big Ben y me atrevería a asegurar que nuestras cámaras de fotos se echaron a temblar.
Los 76 metros de Westminster bridge se hicieron eternos, pues entre nuestras paradas para hacer fotos a la imponente torre, a la descomunal noria London Eye, o simplemente a los autobuses, transeúntes que por allí circulaban, o los turistas que nos paraban para que les hiciéramos fotos a ellos, creo que tardamos más de media hora en llegar de un extremo al otro.
Después de haber disfrutado de la vida y el bullicio de aquella zona decidimos ir caminando hasta Trafalgar Square, y después continuar hasta Picadilly Circus. Allí, un gran número de anuncios en pantallas de LED rodeaban la fuente memorial del Ángel de la Caridad Cristiana, sobre la que un montón de gente descansaba sentada. Después de pasar un rato por los alrededores acabamos en un centro comercial en Covent Garden donde comimos (un poco tarde, como buenos españoles ;)).
Como después de comer prácticamente no había luz fuimos a ver el palacio de Buckingham y después, aprovechamos para volver a la zona de los puentes y hacer unas fotos nocturnas del Puente de la Torre o Tower Brige, y más tarde volvimos a la zona de Picadilly a tomarnos algo en un bar.
Fue un día intenso, pero nuestro viaje no fue mucho más largo, así que intentamos aprovecharlo al máximo. De hecho, si decidís seguir nuestros pasos, creo que sería un buen planning para alguien que fuera a pasar un día en Lóndres 😉