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Recorriendo China día 01: Qianmen, Donghuamen e insectos a la plancha
China ha sido un destino al que siempre hemos querido ir, pero al ser un país gigantesco (abarca 3 husos horarios) da miedo recorrerlo. Nuestro viaje de novios nos brindó la ocasión de conocer una pequeña parte de todas sus maravillas, visitando 3 ciudades que han sido capitales del gigante asiático como son Beijing, Xian y Shanghai. ¿Que Shanghai no ha sido capital de China? Ya llegaremos a ello, pero tiene una explicación 😉
Nuestro viaje a China tuvo lugar en Mayo, con lo que no pillamos el monzón al bajar al sur, y no nos hizo mal tiempo (casi), así que nuestro equipo fotográfico no sufrió (casi). Llegamos a Beijing al principio de la tarde, con lo que de camino al hotel experimentamos el tráfico de salida del trabajo en todo su esplendor. Eso dio tiempo a nuestro guía Fernando para hablarnos del país y su capital, dispuesta en secciones concéntricas llamadas «anillos» alrededor de la Ciudad Prohibida, la residencia ancestral de los emperadores. Tras dejar las maletas en el hotel y la ducha de rigor, el grupo decidimos que nada de noche libre para descansar de viaje, y Fernando nos llevó a conocer una calle comercial muy conocida de Beijing, la calle Qianmen.
Para llegar a ella, nuestro bus nos dejó junto al teatro llamado «Gran Escenario de Liu Laogen«, perteneciente al rey de los monólogos cómicos Zhao Benshan. A sus puertas, un anciano sonriente, y en sus paredes, vitrinas con escenas del humor campesino que le hizo famoso por todo el país, llenas de detalles que hay que mirar y remirar para descubrir siempre algo nuevo 🙂
Callejeamos durante unos 20 minutos con mucha curiosidad por las construcciones y en general, todo lo que veíamos, hasta que llegamos a Qianmen, una avenida peatonal de casi 1 km de largo que puede presumir de ser la calle comercial más antigua de Beijing, con más de 500 años a sus espaldas. En ella encontramos desde tiendas tradicionales de más de 100 años de medicina tradicional hasta grandes franquicias internacionales como H&M. Lo que sí es cierto es que es muy animada y por la noche los letreros luminosos le dan un aire bastante atractivo. Desde 2008 además vuelve a tener tranvías, que desaparecieron tras la revolución china en los años 60. Es algo que atrae todas las miradas y que aumenta la afluencia turística por la curiosidad de recorrer la calle en uno de ellos (aunque el precio sea desorbitado). Nosotros nos conformamos con mirar y curiosear los escaparates y letreros de todo, mientras nos dirigíamos hacia la impresionante Puerta del Arquero de Zhengyangmen (o Qianmen), la más alta que se conserva de las puertas a la ciudad central de Beijing, de 42 metros. Allí el bus nos recogió para llevarnos a nuestra segunda parada.
Como ya era de noche, nada mejor que picar algo de comida tradicional china en los puestos nocturnos de Donghuamen, llenos de baos, pescado, y cosas más exóticas como saltamontes, cucarachas, escorpiones o enormes larvas crujientes a la plancha. Buena pinta tenían, pero no estaba yo para probar tanta cosa, aunque uno de los del grupo aseguró que los escorpiones sabían a chicharrones. Tras el picoteo continuamos por la calle donghuamen hasta The Place, un centro comercial con una de las pantallas de LED más grandes del mundo, de 250 metros de largo, que hace las veces de techo de la zona de terrazas, ofreciendo animaciones bastante espectaculares y rompecuellos, por tener que estar mirando para arriba todo el rato. Allí, los que no habían comido nada aprovecharon para pillar algo rápido antes de que todo cerrara a las 22:00h, y nosotros nos sentamos en una terraza a empezar nuestro recorrido por las distintas marcas chinas de cerveza, estrenándonos con una Tsingtao.
Una tarde-noche de paseo por el centro de Beijing como primera toma de contacto nos había abierto el apetito por conocer más de este país, y al día siguiente nos hartaríamos de ello, visitando su historia lejana y reciente en la Ciudad Prohibida y la plaza de Tiananmen.
Recursos:
Vídeo: China en un minuto
Somos muy dados a realizar mini resúmenes de nuestros viajes en forma de vídeos, mostrando los lugares que visitamos desde nuestro particular punto de vista. Hace un tiempo que no realizábamos ninguno y hemos desempolvado esta pequeña sección con China, un país que dio mucho de sí tanto en foto como en vídeo.
Así que ponéos cómodos y sumergíos en China durante un minuto con nosotros 🙂
China: el encanto de una cultura milenaria
Hay veces en las que las circunstancias deciden por tí tu siguiente viaje, y así fue con nuestra luna de miel. Pensábamos en alguno de los países de la península de Indochina (Tailandia, Camboya…), pero mirando itinerarios pensamos que era mejor un destino menos frecuente estos últimos años; y como por casualidad, surgió China.
Al principio no nos entusiasmaba la idea, pero no podíamos estar más equivocados: la cultura china se remonta a más de 2000 años, es compleja, misteriosa y lo que podamos pensar en un principio sobre ella tiene poco que ver con la realidad.
Lo que más sorprende de China es la dimensión de las cosas, TODO es a lo grande. Grandes rascacielos, monumentos gigantescos (sin ir mas lejos la Gran Muralla), miles de personas en cada rincón y el acoso de los vendedores ambulantes a los pobres turistas podría parar un tren, ¡menuda presión! Y nosotros, que íbamos en un tour organizado, creo que nos cruzamos con tooodos y cada uno de ellos, deberían habernos dado un premio o algo.
Beijing, su capital, es como un animal por cuya sangre discurren ríos de personas en todos los medios de transporte posible: coches, sus famosos triciclos o las «casimotos» inundan sus vías y te invitan a mezclarte y a empaparte del ritmo de la ciudad. Sus edificios, tanto antiguos como actuales, son una demostración clara del poder gubernamental y consiguen sorprender a cualquier visitante, como los invasores mongoles, que tras ocupar la ciudad decidieron quedarse y crear una dinastía.
Xian es un lugar simplemente mágico. Sus guerreros de terracota le han dado fama internacional pero, como digo, hay mucho más. Creo que no nos hemos sentido más dentro de la China tradicional que paseando por las laberínticas calles de los alrededores de su mezquita, llenas de comercios y puestos de comida; nos supo a poco y, de volver, estoy segura de que le haríamos otra visita.
Shanghai es una China diferente, más moderna y con un estilo arquitectónico más occidental debido a la influencia inglesa y francesa, además, el aire futurista de su malecón dejaba a algunas zonas de Manhattan a la altura del betún.
En definitiva, China es un país que sorprende en muchos aspectos y para bien, por lo menos nosotros disfrutamos de una experiencia apasionante y nos llevamos muy buenos recuerdos (algunos malos, como con todo, pero el balance sigue siendo positivo). Os invitamos a descubrir un trocito de ella a través de nuestros ojos, ¿nos seguís? 😉
Podéis ver más fotos del viaje en esta presentación. Dale al play y disfrutad 🙂