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15 días por Japón día 01: Viaje y Kyoto
Durante mi primer viaje a Japón, allá por 2010, decidí relatar diariamente mis vivencias en mi blog personal para mantener informados a familia y amigos. Este blog está actualmente abandonado, pero creo que es interesante compartir con vosotros este material; un pequeño testimonio de lo que es el choque cultural con un país tan diferente y tan fascinante. He revisado y corregido los textos, pues los escribía deprisa antes de irme a dormir por la noche, pero por lo demás esto es lo que fue mi primera experiencia en el país del sol naciente; igualmente, las fotos que aparecen son las que realizamos en esa ocasión, así que os pido disculpas por la calidad, ya que no tenía ni idea de hacer fotos (¡menos mal que Alberto sí!).
-Escrito originalmente el 27 de Marzo de 2010 –
Hola amigüitos, después de ya no sé cuántas horas sin dormir, de patear media ciudad y noche reparadora, aquí estoy, para contaros de forma muy sucinta qué ha pasado de camino a Kyoto.
La verdad es que el viaje en avión no me ha resultado pesado del todo, se representa una noche para que la gente se vaya adaptando al huso horario japonés, con lo que se podía echar una cabezadita. También podías ver películas en una pantalla para liliputienses; Alberto y yo nos atrevimos después de repasar el extenso catálogo con una película china que pintaba bien llamada Kung Fu Robot y que resultó ser un FAIL, ¡era una peli de amor! Aguantamos media interminable película en la que sólo hubo una pequeña escena de acción que duró un suspiro. Luego cada uno, para poder dormir, estuvo viendo/medio viendo alguna más: yo probé con The Informant (a pesar del español latino, fue interesante, pero me quedé dormida al final) y zumito con An Education (él aguantó menos, apenas 20 minutos, pero quiere terminarla de ver, le gustó).
Tras un desayuno aliñado con turbulencias (casi nos quedamos sin café y zumo), llegamos al aeropuerto de Osaka-Kansai, una maravilla situada en una isla artificial en la que parece que vas a aterrizar en el agua. Después bus hasta Kyoto y a ver la estación de tren, impresionante la altura que tiene, con varios pisos y pasarelas muy modernos, y con un jardincito en la parte superior que tiene un mirador enorme.
Cuando llegó la hora de hacer el check in en el guest house donde nos hospedamos, nos encaminamos hacia allí con ganas, pues habíamos estado de turismo con las maletas. Allí nos encontramos con nuestros amigos Iker y Goiuri, que ya llevaban una semana por allí, y nos fuimos todos juntos a ver el famoso templo Kiyomizudera, que tiene una fuente de tres chorritos bastante conocida y que tiene una curiosa leyenda: si bebes de ellos te dan salud, fortuna y trabajo (¿o era amor?). Lástima que, al ser de noche y estar lleno de gente hasta límites insospechados, echar fotos de larga exposición fuera un suplicio, nos movieron la cámara, el trípode, las mochilas y todo a empujones. Tenemos que volver de día, que me quedo con ganas de verlo de nuevo.
De camino a buscar un sitio para cenar, pasamos por puestecitos de comida de Higashiyama, que es la zona que hay cerca del templo. Y de cena un okonomiyaki, que es una especie de tortilla y que estaba deliciosa. Si no hubiera sido por los pinchos (o porque me quedé sin papilas al degustarla) me la habría terminado toda, aunque apenas dejé un par de trocitos.
Y tras comprar el postre y el desayuno del hoy en un conbini (pequeñas tiendas de 24h que tienen de todo) nos fuimos a vaciar las cámaras y a dormir, que estábamos reventados.
Mañana nos vamos a Osaka a comer takoyaki y okonomiyaki, veremos algo para hacer bulto entre tanta comida. ¡Un saludo!
Recursos:
¿Os venís con nosotros a Tokio?
Pues sí. ¡Volvemos a Tokio! Esta vez viajaremos con nuestros compañeros de la Asociación Megagumi, que están organizando un viaje a la capital del País del Sol Naciente para la próxima Semana Santa.
Creo que no hace falta que os contemos que estamos enamorados de Japón, y la mayoría sabréis que ya hemos hecho varios viajes a este país, pero lo cierto es que… tenemos mono :).
Queremos volver a caminar por las bulliciosas calles de la urbe más poblada del mundo, volver a comer en los puestos de los alrededores de los templos, emborracharnos en un karaoke en el que apenas podemos leer la letra de la canción, comprar comics en tiendas de varias plantas, pasear por los jardines más cuidados que hayamos visto, contemplar una ciudad infinita desde lo alto de un imponente rascacielos y, sobre todo, ¡queremos volver y rehacer las fotos!
El viaje está abierto para cualquiera que quiera apuntarse siempre que cumpla los requisitos, aunque no sea de la asociación, y por un precio bastante ajustado tendremos los vuelos, un seguro de viaje, el transporte necesario para movernos por la ciudad, las entradas para los lugares que visitemos y 8 noches de hotel en Tokio. ¡Ah! Y además yo seré uno de los guías, así que va con fotógrafo incluido ;).
Japón tiene muchas cosas que ofrecer, pero Tokio es una buena primera toma de contacto, pues en ella conviven el Japón clásico con el más moderno. Así que si quieres venir, ¡aprovecha y apúntate! Quedan plazas y hasta el día 12 de Diciembre se admiten reservas.
Echadle un ojo a la página en la que se comenta el viaje: http://www.megagumi.com/web2/nuestras-actividades/viajes-con-megagumi/viaje-a-tokio-2013/
Tiene buena pinta, ¿verdad?
Las 1001 estatuas de Kannon en el templo de Sanjusangendo
En el viaje a Japón que realizamos en 2010, visitamos en Kyoto un templo de lo más curioso, Sanjûsangendô. No destaca por su belleza exterior ni por estar en un lugar desde el que tengamos una buena vista de los alrededores, pero es muy conocido y posee en su interior un auténtico tesoro artístico que me encantó.
La fama de Sanjûsangendô viene por las 1001 estatuas de Avalokiteśvara, más conocida como Kannon. Aunque se la denomina como diosa, realmente es un Bodhisattva. ¿Y eso qué es? Pues es un término que hace referencia a alguien embarcado en el camino del Buda de manera significativa, en busca de la Iluminación. Sería más una especie de «santo» que un dios. La leyenda dice que Kannon, que representa la compasión, posee 11 cabezas para poder escuchar los lamentos de la gente que sufre y 1000 brazos para poder ayudar a todos ellos.
Las 1001 estatuas de Kannon están situadas en la galería principal del templo, muy alargada y que consta de un pasillo en un lateral y un estrado en escalera que ocupa el resto del espacio, en el que están situadas las imágenes. 1000 de ellas son iguales, hechas de madera chapada en mental y de un tamaño similar a una persona; la que queda es de más de 2 metros y mucho más detallada. Aparte de la diosa, hay estatuas de los 28 espíritus/deidades guardianas subordinados de Kannon, destacando las de Raijin (dios del rayo y el trueno) y Fujin (dios del viento). Estos dos, junto a la estatua grande de Kannon son Tesoros Nacionales de Japón.
Una curiosidad de los japoneses es que las religiones budista y sintoísta han convivido tanto tiempo que se han mezclado sus ritos y sus mitologías. Por eso mismo, la diosa budista Kannon controla a Fujin, Raijin y 26 dedidades sintoístas más.
Sanjûsangendô posee unos jardines muy bonitos que en primavera, con la floración del cerezo y otras plantas dan mucho colorido al conjunto. También existe un estanque decorativo con una roca en el centro, del que se dice que si tiras una moneda y ésta cae en la piedra, te dará buena suerte. Nosotros probamos sin mucha suerte, pero a juzgar por la cantidad de dinero en el estanque, es muy popular. En el interior del templo está prohibido hacer fotos, pero los exteriores están libres de la norma y podemos recrearnos con las plantas y jardines. Nosotros cumplimos a rajatabla la prohibición, pero si volvemos a Kyoto creo que seguiremos el ejemplo de Miguel Michán, ya que las fotos del interior son suyas 😉
Si pasáis en enero por Kyoto, el templo tiene un atractivo añadido, el festival conocido como Rito del Sauce, con un torneo de tiro con arco que se celebra desde hace cientos de años. Seguro que es un espectáctulo, con todos los participantes vestidos de manera tradicional!
Recursos:
- Galería de fotos de Sanjusangendo en flickr
- Localización en Google Maps
- Crónica de Alegría durante el viaje sobre Sanjusangendo
- Información sobre la diosa Kannon en wikipedia
- Galería de fotos sobre Sanjusangendo de nuestro amigo Miguel Michán en flickr
- Información sobre Sanjusangendo en la wikipedia
Los caminos de torii de Fushimi Inari
Uno de los lugares que más me gustó de nuestro viaje a Japón fue Fushimi Inari, un santuario muy particular y uno de los lugares más famosos de Kyoto. Lo que lo diferencia de los demás son los caminos formados por torii que recorren toda la colina donde se sitúa.
Inari es el dios sintoísta del arroz y la agricultura, y sus templos están flanqueados por estatuas de kitsune, un ser mitológico con forma de zorro al que se le otorgan poderes como la transformación, volar y sabiduría. Son considerados los sirvientes de Inari y al dios se le representa en ocasiones como un kitsune. En la colina donde se encuentra hay multitud de pequeños templos sintoístas y a ellos se llega por los caminos cubiertos de torii, formando verdaderos túneles rojos.
Estos pórticos de madera son casi todos donaciones de particulares o empresas al templo para conseguir la protección de Inari, y por la parte de atrás puede leerse a quién pertenece; un detalle que si sabes japonés le quita mucho glamour al lugar, ¿no creéis? También hay un camino que recorre un pequeño bosque de bambú, que aunque no es tan impresionante como el de Sagano, merece la pena recorrerlo y escuchar el chocar de los troncos cuando hace aire.
Nosotros estuvimos al atardecer y fue como transportarse a otra época; la tranquilidad que se respira y se siente mientras caminas da la sensación de no estar en una urbe japonesa, sino en mitad del campo. Realmente, por mucho que os diga lo especial que es este lugar, no hay palabras para describir las sensaciones que te proporciona un lugar así. Es algo que debéis experimentar por vosotros mismos.
Recursos:
- Galería de fotos de Fushimi Inari en flickr
- Ubicación en Google Maps
- Post sobre Fushimi Inari en el blog ‘Un español en Japón’