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Plantando árboles con YokMok y el «Proyecto Tree Lovers»
Este fin de semana hemos participado en una de las iniciativas de concienciación medioambiental que realiza YokMok, el Proyecto Tree Lovers, consistente en plantar árboles para compensar la emisión de CO2 de nuestros viajes. Viajaríamos hasta Cañamero, en la comarca de las Villuercas (Extremadura), para repoblar los montes de los alrededores.
En Julio de 2005, un terrible incendio asoló la zona de las Villuercas-Ibores, quemando en tan sólo unas horas 12000 hectáreas de bosque y poniendo en peligro a los vecinos de varios pueblos en los que el fuego llegó a estar a 200 metros de uno de los pueblos. En aquella ocasión se sobrepasó la «regla del 30» que dicen los agentes forestales: más de 30º (había 40), vientos de 30 km/h (había 42 km/h) y humedad relativa del 30% (5% aproximadamente), de ahí que en tan sólo unas horas ardiera la misma superficie que en Guadalajara en 1 semana, en otro gran desastre de ese mismo verano.
Los pinos y los eucaliptos han vuelto a poblar la zona, pero hacen falta el resto de especies de la zona, cuyas semillas no sobrevivieron al incendio. En compañía de un agente forestal, que nos sirvió de maestro y guía en la tarea, realizamos una labor de replantación o sustitución de los arbolitos que no habían seguido adelante por otros nuevos. Las nuevas plantas había que meterlas en un tubo de plástico biodegradable para protegerlas de los ciervos y corzos de la zona, que ven en los plantones un manjar por sus hojas tiernas; debíamos clavar en la tierra los cilindros y asegurarlos a un hierro guía con alambres para evitar que el viento los doblase. Las especies que plantamos eran autóctonas: encinas, alcornoques, castaños, madroños y robles que podrán devolverle el esplendor a las montañas de Cañamero.
Además de la actividad de plantación de árboles, hicimos un pequeño tour por uno de los sitios geológicos del reciente Geoparque de Villuercas-Ibores-Jara y su centro de interpretación, y por Guadalupe, un pueblo medieval con un enorme tesoro arquitectónico como es su monasterio, con lo que nos quedamos con muchas ganas de conocer más a fondo una zona que aún tiene mucho que ofrecer 🙂
Recursos:
La Gumiparty en Plasencia
Hace un par de fines de semana se celebró la Gumiparty en Plasencia, un evento mezcla de LAN party y jornadas de manganime que organizamos con la asociación Megagumi, a la que pertenecemos. Se celebra todos los años el primer fin de semana de Octubre desde hace 7 años.
Es un evento pequeño (este año superamos los 2000 asistentes), con pocos medios y espacio, pero hay algo que marca la diferencia con otras jornadas más conocidas: las actividades y el ambiente. Los tres días que dura están repletos de actividades de todo tipo: torneos de videojuegos, gymkhanas, talleres, charlas, etc. No se da tregua ni por la noche, y los que compran la entrada que permite pasar la noche en el pabellón pueden seguir disfrutando de la party hasta la madrugada. Como somos pocos, el aire que se respira es de familiaridad, y los asistentes ayudan sin problema cuando se les pregunta, o nosotros los organizadores participamos en sus ocurrencias de buena gana. Nos mueve la afición mutua y compartirla con los demás.
Este año hemos contado con la presencia de los dibujantes Laura Pérez «Palmer» y Kiko M. Rodríguez, que impartieron un taller de dibujo y compartieron anécdotas y conocimientos con los artistas que no se despegan en todo el fin de semana de la mesa de dibujo. También tuvimos unos invitados de excepción, el mago Jorge Luengo y los actores de doblaje Jaime Roca, Jorge Saudinós, Julia Martínez, Miguel Ángel Pérez y Rosa Campillo. El primero nos deleitó con una actuación que nos dejó con la boca abierta, mientras que los otros participaron en una mesa redonda sobre el mundo del doblaje y sus entresijos. Todos fueron muy amables y firmaron autógrafos a diestro y siniestro con mucho gusto, ¡cómo se nota que les gusta su trabajo!
Entre los concursos que hay en la Gumiparty, mi favorito sin duda es el de cosplay. A nivel de costura no estarán a la altura de alguna gente que conozco, pero sin duda la originalidad de sus trajes y el esfuerzo que le ponen merecen una mención, pues siempre nos sorprenden cuando se suben al escenario.
Sin duda, esta edición de la Gumiparty ha sido insuperable, pero igualmente intentaremos subir el listón aún más el año que viene. Si os gustan los videojuegos, el manga o la informática merece la pena que os paséis, podéis aprovechar para visitar Plasencia y sus alrededores.
Cómo llegar:
Desde Madrid es fácil llegar hasta Plasencia siguiendo la A5 hasta tomar la salida 185 en Navalmoral. A partir de ahí simplemente hay que seguir la EX-A1 hasta Plasencia (salida 46).
Hay varios trenes parten desde la estación de cercanías de Atocha con precios que rondan los 22€, además de autobuses de las compañías Cevesa y AutoRes.
Recursos:
- Galerías de fotos en megagumi.com
- Ubicación en Google Maps
- Audio de la mesa redonda sobre el mundo del doblaje, parte 1 y parte 2
- Información variada sobre la Gumiparty de 2011
- Web oficial de la Asociación Megagumi
La judería de Plasencia y su cementerio
Desde prácticamente su fundación en el siglo XII, Plasencia fue uno de los principales núcleos de actividad judía de la región. Gracias a que en la edad media los reyes concedían privilegios a los judíos sus aljamas mostraban una gran prosperidad. Desempeñaban numerosas labores y conducían gran cantidad de negocios, e incluso ocuparon cargos públicos de importancia.
A pesar de su posición y fuerza, los judíos estuvieron en cierto modo marginados; no se les permitía enterrar a sus difuntos junto al resto, y se les obligaba a poner sus cementerios fuera de las urbes, llegándose incluso a extremos en los que tenían que pagar por tierras muy lejanas que eran compartidas por varios pueblos. Los sefardíes placentinos ubicaron el suyo fuera de la muralla, en el Berrocal, entre la puerta de las Berrozanas y la actual carretera de Salamanca. Un terreno en el que no se podía cultivar, y en el que ni molestarían ni serían molestados.
Con el paso de los años, las relaciones con los cristianos comenzaron a complicarse. Se conformó un apartamiento en la Mota, cerrado y separado de los cristianos, rodeado por un cercado y con un postigo como único acceso. Poco después, a principios del siglo XV, su sinagoga (actual palacio de Mirabel) y la Mota les fueron expropiadas por los condes de Plasencia.
A pesar de todo, con alrededor de 200 familias, en este siglo todavía no se notaba algún tipo de discriminación laboral por el hecho de ser judíos y continuaba siendo un importante centro de actividad económica, pero en su momento de máximo esplendor, en el año 1491, los Reyes Católicos consideraron que debía aplicarse la ley de Toledo de 1480 que dictaba que la segregación de los judíos debía ser completa.
En 1492 se realizó en la sinagoga la última asamblea, en la que los judíos trataron de vender el cementerio junto con sus posesiones antes abandonar Plasencia definitivamente y desplazarse a Portugal. Tras que el deán Diego de Jerez lo adquiriera por un precio realmente bajo, los reyes declararon el acuerdo nulo y decidieron que la piedra del cementerio se utilizaría para la construcción de la iglesia de su monasterio.
Por suerte, todavía se conservan unas 20 tumbas cavadas en la roca y el Ayuntamiento de Plasencia se ha propuesto conservarlo.
Desde el 2005 se realizaron varias tareas para recuperar el único cementerio judío de Extremadura. Se acondicionó la zona y se delimitaron correctamente las tumbas, pero por desgracia volvió a caer en el abandono, además de que ha sido victima de diversos actos vandálicos.
Es ahora, en vísperas de la Jornada Europea de la Cultura Judía, cuando se ha decidido adecentarlo nuevamente. Esperemos que esta vez no vuelva a caer en el olvido y que podamos conservar este importante resto de la cultura sefardí.
Cómo llegar:
La forma mas sencilla de llegar al cementerio es descendiendo desde la Puerta de las Berrozanas, por la calle Matías Montero y girar a la derecha hacia Juán Vazquez que está al fondo, tras pasar unos contenedores, sin asfaltar y asciende hacia la izquierda. Si seguimos esta calle llegaremos al cementerio. En ésta foto se aprecia la entrada al camino (púlsala para verla en grande y poder leer las notas).
Recursos:
El acueducto de Plasencia
Uno de los monumentos más representativos de la ciudad de Plasencia es su acueducto, situado en la parte Norte cerca del antiguo cuartel militar. Esta cañería no es de origen romano, como podríamos pensar en un principio, sino medieval, y se construyó en el siglo XVI como sustituta de otra del siglo XII y que pasaba por el barrio de La Data.
El acueducto de Plasencia recogía agua de las sierra de Cabezabellosa y El Torno; de las tomas de varios manantiales partía una cañería que consistía en tubos de barro empalmados que bajaba serpenteando entre berrocales y el terreno accidentado de la zona. Ya en las proximidades de Plasencia se transforma en un acueducto de sillería granítica y se dirige hasta la Fortaleza de Don Luis de Ávila y Zúñiga, cerca de la cual había un depósito de agua desde donde se distribuía el agua a la ciudad hasta sus fuentes públicas.
Actualmente se conservan 55 arcos, la mayoría de ellos en San Antón, zona donde hubo una iglesia dedicada a este santo y que le da el nombre popular que reciben, Arcos de San Antón. Tiene una longitud de 300 metros y una altura de 18 en su punto más alto. Durante la guerra civil, las bombas derribaron varios arcos, como los que atraviesa la carretera nacional 630, que tuvieron que restaurarse y que pueden distinguirse por el color de sus piedras. El crecimiento sin control de plantas en sus juntas ha hecho que durante años, en las exhibiciones de fuegos artificiales que se celebraban en el parque infantil de tráfico adyacente se incendiara. En 2009, otra sección comenzó a inclinarse y hace poco han terminado las obras de restauración para evitar su caída.
7 de los 55 arcos del acueducto se encuentran junto al hospital Virgen del Puerto, acotados dentro de un merendero con unas vistas de las dehesas de la zona muy bonitas. Ahí podemos ver los primeros arcos de granito, el merendero nos sirve de descanso si queremos subir por la carretera serpenteante hasta la Ermita de la Virgen del Puerto, patrona de Plasencia.