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MUSI: El Museo de la Siderurgia de Asturias en el Valle del Nalón
A medida que cruzamos Langreo, pronto podemos observar una torre que destaca entre los demás edificios. Bien por sus 45 metros de altura, o bien por los colores del arcoíris que adornan su parte más alta. A escasos minutos de la estación de trenes encontramos el Museo de la Siderurgia de Asturias (MUSI), en el que podremos realizar un recorrido histórico y descubrir los cambios que vivió la industria de la región.
Una de las cosas que más nos llama la atención es la curiosa arquitectura de su edificio principal. Una torre de refrigeración de la antigua fábrica siderúrgica de La Felguera ha sido reformada y adaptada para albergar en su interior una gran colección de la maquinaria que se utilizaba años atrás y útiles e indumentaria de trabajo, todos debidamente ordenados y explicados mediante paneles informativos.
Un gran número de maquetas de la fábrica y sus alrededores nos permiten observar la transformación de La Felguera, que pasó de ser un pueblo principalmente agrícola y ganadero a ser un concejo volcado casi íntegramente a la explotación del acero.
Por si fuera poco, junto al museo se han conservado intactas algunas de las viviendas de los obreros, ofreciéndonos la posibilidad de visitarlas y hacernos una idea de cómo vivían entonces.
Sin duda es una visita indispensable para cualquiera que tenga un mínimo interés por aprender algo de historia de la zona de una forma amena, y que además deberíamos complementar con otros museos etnográficos del Valle del Nalón, como el Museo de la Minería y la Industria de la localidad vecina de El Entrego, e incluso con el Museo de la Madera de Veneros, que tampoco está lejos.
Cómo llegar al Museo de la Siderurgia de Asturias (MUSI):
El museo se encuentra en la localidad de La Felguera, cuya estación de tren tiene el mismo nombre. Desde Oviedo hay trenes y autobuses regulares. En tren también podremos llegar desde Avilés. Si optamos por ir en coche, debemos buscar la AS-1 y tomar la salida hacia Langreo. Tras cruzar dos rotondas veremos la salida hacia La Felguera.
Recursos:
El Club de Esquí Náutico de Madrid
¿Quién dijo que en Madrid no se pueden practicar deportes náuticos? A poco más de media hora de la capital, en Valdemorillo, hay un club de esquí náutico en el que puedes aprender a hacer esquí acuático como principiante desde el nivel más bajo posible, hasta convertirte en un experto capaz de realizar los saltos más espectaculares.
El pasado viernes fuimos invitados junto a otros bloggers por Heliocare -una empresa española que fabrica los fotoprotectores más avanzados del mercado– a disfrutar de una tarde de esquí náutico en un evento en el que nos presentaron sus productos y nos dieron una serie de consejos muy útiles sobre la protección solar. Por cierto, os recomiendo que visitéis el blog de Heliocare, que contiene un montón de consejos útiles sobre el sol y para utilizar bien los protectores y bronceadores, que ¡la mayoría de nosotros lo hacemos mal!
El club cuenta con un embalse de 800 metros de largo, con plataformas de salto y todo el equipo a disposición de los miembros, y los monitores, jóvenes pero con gran experiencia, utilizan un método de enseñanza que lo hace bastante sencillo y ameno.
Ninguno de nosotros había practicado nunca este deporte y, todo sea dicho, algunos de nosotros no estamos en la mejor forma física posible. Aun así, gracias a la paciencia del personal del club, la mayoría fueron capaces de ponerse de pié sobre los esquís, e incluso hubo quien llegó a usar la cuerda larga en una sola tarde.
Aunque Alegría consiguió esquiar varios metros sujeta a la barra y se lo pasó en grande yo no fui capaz de erguirme en ningún momento, motivo de más para plantearme quitarme algo de barriga y volver a intentarlo, para sacarme esa espinita que me quedó clavada 😉
Cómo llegar al Club de Esquí Náutico de Madrid:
Desde Madrid, salir por la M-503 hacia Villanueva de la Cañada. Al llegar a Valdemorillo seguir la indicación hacia la urbanización Cerro de Alarcón. Deberás cruzar una barrera vigilada por un guarda, al que tendrás que indicar que te diriges al club de esquí náutico. En la primera rotonda gira a la derecha y a pocos metros verás a mano derecha la entrada al club.
Recursos:
Minubetrip «vive Extremadura» I: El Tajo Internacional en 4×4
De la mano de Minube y Turismo de Extremadura asistí hace un par de semanas a un viaje increíble por mi tierra, descubriendo lugares que no son una primera opción turística pero que sin embargo tienen mucho que ofrecer y que a pesar de ser extremeña en muchos casos desconocía.
Comenzamos nuestro viaje adentrándonos en la zona de Cedillo, el pueblo más occidental de Extremadura, rozando a nuestro vecino Portugal, e instalándonos en la casa rural Dehesa de Solana. Allí comprobamos que nos encontrábamos tan cerca del país vecino que pasábamos a tener cobertura portuguesa. Una vez acomodados, visitamos el Ayuntamiento de Cedillo, donde su alcalde, nos contó que es el único pueblo con una guía telefónica de motes, ¡qué original!
Tras la presentación de las actividades que realizaríamos en el Parque Natural Tajo Internacional, fuimos al Mirador de las Carrasqueras a disfrutar de la típica sopa de pez, realizada con carpas, verduras y hierbabuena, todo natural y de la zona (el pescado lo habían pescado esa misma mañana). Deliciosa.
La sobremesa tocaba a su fin y nosotros comenzábamos nuestra visita en 4×4 al Parque Natural del Tajo Internacional, con 50.000 hectáreas sólo en España, ya que es el único parque que abarca una extensión de territorio en más de un país. En él se dan cabida especies en peligro de extinción como la cigüeña negra, el buitre negro o el águila imperial, adquiriendo un gran valor ecológico. Nuestra primera parada fué en el Balcón de las Pizarras, una pequeña explanada en el terreno empinado donde pudimos descubrir con ayuda de unos prismáticos un nido de la tímida cigüeña negra entre las rocas. Seguimos nuestro recorrido dando tumbos en el todoterreno por las fincas donde se encuentra el parque, admirando la dehesa de alcornoques y aguzando la vista para intentar divisar algún ciervo. Pero lo más interesante con lo que nos cruzamos fueron vacas y las abejas de unas colmenas, muy poco amistosas estas últimas.
Antes de la cena teníamos una última parada, en pleno alcornocal nos llevaron a ver varias tumbas antropomórficas que existen en los alrededores de Cedillo. En ellas, nuestros antepasados depositaban a sus muertos (mucho más pequeños que nosotros), siempre con los pies orientados hacia el este. De este conjunto funerario destaca la tumba con losa más antigua de Europa, que data del siglo IV, con losa formada por una laja de pizarra; el resto de tumbas o carecen de ellas o la conservan parcialmente.
La decepción que tuvimos con los ciervos (que sólo vimos desde muy muy lejos un instante) se vió compensada con una sorpresa que nuestros guías nos tenían preparada: una cierva de un año que habían recogido de pequeña llamada Bambi, a la que estuvimos acariciando y dando de comer mientras ella, sufrida, dejaba que le echásemos fotos.
El día había sido duro y caluroso, así que hicimos una parada en las casas rurales antes de la cena. Después visitamos el museo etnográfico de Cedillo, donde nos enseñaron los utensilios que se usaban antiguamente para cocinar, lavar, arar, y cunas antiguas de madera, telares, etc. Lo que más me llamó la atención fueron los tuppers hechos de corcho, que es aislante y por lo tanto conserva muy bien el calor y el frío, ¡menudo invento! Tras ver la puesta de sol en la azotea del museo, disfrutamos de una cena con platos portugueses, como buñuelos de bacalao o frango asado, que es una especie de pollo más pequeño; todo ello regado con vino y risas de todos aquellos que nos habían acompañado durante el día, con los que compartimos la comida y las anécdotas haciendo que la velada fuera muy especial.
Pero se nos hizo tarde y al día siguiente tendríamos que madrugar, así que concluimos la noche mucho antes de lo que nos gustaría, pues nos esperaba a la mañana siguiente otro día repleto de actividades.
Vé el resto de las entradas sobre el viaje pinchando en los enlaces:
- Segundo día: De barcos, jamones y juglares.
- Tercer día: Las maravillas del Geoparque de las Villuercas.
- Cuarto día: El pequeño gran pueblo de Guadalupe.
Recursos:
La Garganta de Los Infiernos: una Reserva Natural junto al Jerte
Como ya os hemos comentado en alguna ocasión, el Valle del Jerte consta de bastantes gargantas que lo riegan. La Garganta de los Infiernos situada entre las localidades de Cabezuela del Valle y Jerte es la más importante, tanto como aporte de agua para el río Jerte, como por ser una reserva natural.
Aprovechando que teníamos una mañana libre, partimos desde Plasencia, rumbo al noreste por la carretera del Valle del Jerte. Tras conducir poco más de media hora y atravesar Navaconcejo y Cabezuela del Valle, enseguida vimos la gran señal que nos guiaba hasta el centro de interpretación de la reserva. Dejamos el coche en el aparcamiento que hay junto a sus instalaciones y comenzamos el ascenso con paso firme.
El comienzo de la ruta, si no estás acostumbrado a andar por el campo, puede asustar un poco por los desniveles que hay que salvar, pero en cuanto avanzas un poco te das cuenta de que en realidad es un camino muy llano. Tras un pequeño ascenso al comienzo de la senda llegamos al mirador del Chorrero de la Virgen, donde hicimos una parada para admirar el paisaje que nos ofrecía el bosque caducifolio que cubre la Sierra de Tormantos. Por cierto, apuntado queda en nuestra lista de «pendientes» volver en otoño 😉
Dejando atrás el mirador comenzamos el descenso hasta los Pilones por un camino en gran parte empedrado, y aderezado con los «buenos días» y otros saludos que intercambiábamos con los numerosos visitantes que lo recorren los fines de semana. Familias con sus mascotas, jóvenes, senderistas, fotógrafos de aves e incluso jubilados pasaron a nuestro lado, pero a pesar de todo en ningún momento resultó agobiante ni molesto.
Incluso siendo primavera y estando el agua bastante fría, ya que procede del deshielo, encontramos algún atrevido bañista y gente tomando el sol sobre los canchos. Las formas que la erosión circular del agua ha producido sobre el granito hacen que los Pilones sean un lugar que invita a observar los pequeños saltos de agua y los remolinos que se forman durante horas.
Aunque ésta es una buena época para visitarlo precisamente porque trae más agua, seguro que en verano volveremos a darnos un chapuzón.
Después de recrearnos paseando por el puente y el camino que los rodea volvimos al centro de interpretación y tras tomarnos una caña en el bar de la lado y, aunque hubiéramos podido quedarnos a pasar la tarde y comer por allí, ya que el pueblo está muy cerca y hay muchos restaurantes, volvimos al coche y seguimos nuestro camino.
Cómo llegar a la Garganta de los Infiernos:
Partiendo desde Plasencia, tomar la Carretera del Valle (N-110) en dirección Barco de Ávila, dejar atrás Navaconcejo y cruzar Cabezuela del Valle. Al salir de Cabezuela, nada mas dejar atrás la salida hacia Hervás por el Puerto de Honduras veremos una señal grande que nos indica la entrada al centro de interpretación, que queda a nuestra derecha.