15 días por Japón, día 07: Sanjusangendô

Jap?n - Sanjusangendo

– Escrito originalmente el 3 abril 2010-

Me levant? con el tobillo hinchado, as? que anulamos la excursi?n a Hiroshima y nos quedamos de tranqui en Kioto. Por la ma?ana estuvimos perreando en el hotel, durmiendo en condiciones por fin y procesando y seleccionando fotos de los d?as anteriores. Iker y Goiuri al final tambien se quedaron en Kyoto, as? que sobre la 1 nos fuimos tranquilamente a ver el templo de Sanjusangend?, que se nos hab?a escapado los d?as anteriores porque cerraba pront?simo, a las 4 de la tarde. De camino me compr? e una farmacia una tobillera que aunque al principio me hizo da?o (me oprim?a donde me dol?a, normal), con la zapatilla floja me permit?a andar con bastante menos dolor.

Este templo budista es conocido por tener 1001 estatuas de la diosa Kannon, 1000 de ellas de 1’65 metros e iguales, y luego una mucho m?s grande. Para completar la exposici?n que ofrec?an, hab?a representaciones de los 28 esp?ritus subordinados a Kannon, todos ellos muy chulos por la t?cnica con la que estaban tallados: madera hueca ensamblada y luego chapada con metal (en el caso de la diosa); el realismo ven?a sobre todo porque los ojos de los esp?ritus eran de cristal, y le daban una viveza que daba miedo. Debi? ser un espect?culo ver las estatuas cuando estaban nuevas. El conjunto es patrimonio nacional, y no dejaban hacer ni fotos ni v?deos, as? que os dejo con alguna imagen cortes?a de Google:

Fuente aqu?
Fuente aqu?

Los souvenirs tambi?n eran caros de cojones, as? que tuvimos que conformarnos con echar fotos en el exterior del pabell?n, donde hab?a algunos cerezos y un estanque con una piedra donde si lanzabas una moneda y ?sta se quedaba en la piedra, tendr?as buena suerte.

Jap?n - SanjusangendoJap?n - Sanjusangendo

A la vuelta vimos un cartel de aviso sobre los carteristas y los pervertidos. A nosotros nos choca mucho, pero parece que la gente que hace como que se tropieza para meter mano es bastante com?n aqu?.

Jap?n - Sanjusangendo
La comida, c?mo no, consisti? en un katsudon con sopa de miso, creo que podr?a vivir de este plato, est? de muerte.

Jap?n - Sanjusangendo

Despu?s de eso nos separamos, Iker y Goiuri quer?an visitar una tienda de segunda mano que quedaba un poquillo lejos, y aunque me hubiera gustado ir con ellos, nos fuimos al hotel a seguir con las fotos y a reposar el tobillo.

La cena fue bastante tard?a, sobre las 11 y pico, pero claro, si comes a las 5:30 cerdo empanado y frito es lo que tiene, que te entra hambre cuando los restaurantes cierran. Menos mal que el sitio donde nos comimos el katsudon el d?a del chaparr?n al volver de Osaka estaba abierto, es una cadena de restaurantes que est?n buen?simos, me hubiera comido otro katsudon, que de momento el suyo es el mejor que he probado, pero prefer? algo m?s ligero y eleg? un udon con pollo que aunque estaba para comerlo ma?ana de lo caliente, entr? solo (as? tengo las enc?as de quemadas, jajaja).

Jap?n - SanjusangendoJap?n - Sanjusangendo

A la ma?ana siguiente (es decir, hoy) nos ?bamos a Tokio, as? que antes de acostarnos por ?ltima vez en los futones (snif snif) hab?a que hacer tetris en la maleta. Menos mal que tra?amos las maletas medio vac?as, que si no …

PD: Esta entrada est? escrita desde el shinkansen hacia Tokio, aunque la he subido al llegar al hotel. ?Menuda velocidad que lleva!. Como regalo, una foto del Fuji que acabo de hacer 🙂

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15 días por Japón día 06: Himeji y Kobe

Japón - Himeji y Kobe

– Escrito originalmente el 2 de Abril de 2010 –

Con los pies ya doloridos de las palizas a andar que nos habíamos dado los anteriores días y nubes sospechosas, nos fuimos a Himeji Zumito y yo. Está un poco a tomar por culo, pero como teníamos activado ya el Japan Rail Pass (o Tarjeta de Poder, como digo yo), podíamos coger un tren bala y llegar en menos de una hora. Zumito dice que era de los lentos, pero a mi me pareció muy rápido (y cómodo).

Realmente Himeji sólo tiene para ver su castillo, pero si pensáis que habiendo sólo eso no merece la pena bajar, estáis muy equivocados. ¿Os parecía grande el castillo de Osaka? El de Himeji es uno de los castillos más grandes de Japón y el mejor conservado, posee incluso el laberinto de callejuelas que llevan a la puerta de los edificios, el conjunto es imponente y se divisa desde mucha distancia.

Japón - Himeji y KobeJapón - Himeji y Kobe

A pesar de ir todo lo temprano que podíamos (a las 10, el anterior tren pasaba a las 7) estaba petado de gente, cómo no, aunque los empujones y las malas maneras, a pesar del tumulto, casi desaparecieron. Eso sí, había una cola de espanto, y como colofón empezó a llover. Aún así pudimos hacer fotos decentes.
Japón - Himeji y KobeJapón - Himeji y KobeJapón - Himeji y Kobe

Lo malo es que con las colas, la visita se alargó más de lo esperado y no subimos al último piso del torreón principal. Habíamos quedado con Iker y Goiuri en Kobe para ir juntos al puerto y no queríamos perder el tren bala Hikari…..¡pero lo perdimos por 2 minutos porque había cola! Porque no sé si lo sabéis, pero lo que se dice de la puntualidad de los trenes japoneses es completamente cierto, en los horarios de las estaciones salen trenes cada dos o tres minutos y van como un reloj. Así que nos fuimos a comer un gyoudon (carne de ternera con huevo crudo sobre base de arroz) y tranquilamente cogimos el siguiente.

Allí nos reunimos con los vitorianos y fuimos a buscar la primera parada del tour de Kobe: una estatua de 18 metros de alto de Tetsujin 28, el primer mecha de la historia del manga. No es el Gundam que pusieron en Odaiba durante el año pasado, pero igualmente impresiona.

Japón - Himeji y KobeJapón - Himeji y Kobe
Después quisimos ir a ver Harborland, una zona del puerto donde hay una noria y una torre que se iluminan por la noche. ¿Y que pasa si no sabes muy bien por donde ir a un lugar que no conoces? Pues que o bien te pierdes o das una vuelta del copón. Nosotros elegimos la segunda opción, y nuestros pies, que estaban resentidos de la carrera a la estación en Himeji, empezaron a dar señales de fatiga. Mi tobillo izquierdo me dolía horrores y caminaba fatal, pero fuimos despacito y disfrutando del Kobe más industrial.

Japón - Himeji y KobeJapón - Himeji y Kobe

Ya anocheciendo llegamos a Harborland; como recompensa por la caminata y porque nosotros lo valemos decidimos darnos un capricho y probar la ternera de Kobe, considerada por muchos como la mejor carne del mundo. Y realmente su fama no desmerece: es tierna y muy jugosa por tener vetas de grasa distribuidas por todo el músculo, casi se deshacía en la boca. Tengo que confesar que al ver las fotos de la carne cruda, no me atraía la idea de probarla, demasiada grasa veía yo, que soy amante de la chicha, pero me alegro de haberla probado. No sabría decir si es mejor que la argentina o la extremeña, pero creo que merece la pena gastarse el dineral que vale aunque sea para probarla.

Japón - Himeji y KobeJapón - Himeji y KobeJapón - Himeji y KobeJapón - Himeji y Kobe

En el baño del restaurante comprobé que tenía una tendinitis en el talón de Aquiles, y me dí un líquido que compramos Goiuri y yo en una farmacia gracias a Vicente unos días antes, me alivió el dolor y pude seguir la marcha. Para cuando salimos del local ya era de noche y las vistas eran muy bonitas.

Japón - Himeji y KobeJapón - Himeji y KobeJapón - Himeji y Kobe

Nuestra última parada era el Memorial Park, en recuerdo de las víctimas del terremoto de 1995. La lástima es que al ser de noche algunas cosas no se veían bien, pero es escalofriante. Han dejado un muelle que había en ese sitio tal cual quedó después del terremoto, y te haces una idea de cómo fue. Luego había fotos y placas explicando la magnitud del desastre y la reconstrucción, y lo que más me impresionó fue una maqueta de Kobe que durante un vídeo que se veía al lado iba ilustrando con luces los incendios y las zonas afectadas.

Japón - Himeji y KobeJapón - Himeji y KobeJapón - Himeji y KobeJapón - Himeji y Kobe

 

Como se nos hizo muy tarde casi perdemos los trenes de vuelta, menos mal que con la Tarjeta de Poder pillamos uno que iba casi directo de vuelta a Kioto. Yo ya estaba que no podía con mi alma, así que después de comer un bol de yakitori con arroz y de empastillarme con ibuprofeno y el potingue japonés me acosté esperando que hiciera algo de efecto.

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15 días por Japón día 05: Nara

Japón - Nara

– Escrito originalmente el 2 de abril de 2010 –

Gracias a la nieve del otro día, anoche me acosté con fiebre y a pesar del pastillazo que me tomé amanecí hecha mierda. Así que nos tomamos el día de tranqui y fuimos a Nara, que está cerquita de Kyoto. La ciudad es conocida por albergar el templo de Todaiji y la cantidad de ciervos sueltos que hay por los parques de alrededor.

Japón - Nara
Los ciervos son pequeños y se pueden comprar galletas de arroz para darles de comer, cosa que los japoneses y los extranjeros se pirran por hacer (yo no, no tenía muchas ganas de enredar, aunque me hubiera gustado). Pero hay que tener cuidado, porque los ciervos no dejan de ser animales y ya sabéis cómo son los bichos cuando hay comida de por medio….se vuelven bestias sin piedad.

Japón - Nara
Los bambis abrían los ojos un montón en cuanto divisaban manos con galletas y salían detrás de la gente; no sé vosotros, pero a mí me daba mal rollo ver cómo perseguían a la gente, y por lo visto a veces muerden y dan topetazos. Por desgracia no ví nada de eso.

Japón - Nara
Todai-ji es el edificio de madera más grande del mundo, y eso que lo que hoy en día se puede ver es una reconstrucción que hicieron tras un incendio que tiene el 70% del tamaño original. Impresionante.

Japón - Nara
Y ahora viene la aventura, porque yo pachucha como estaba no tenía ganas de trote, pero adivinad lo que había a montones en Nara: mogollón de turistas, extranjeros y japoneses, porque Nara es un destino de vacaciones habitual. Así que estaba PETADÍSIMO de gente. Y con ese ambientazo, nos metimos a ver el Todai-ji.

Hacerme una foto en la entrada fue como una prueba del Grand Prix, qué horror. Y si no fuera suficiente, mientras grababa un vídeo, una señora me empujó y casi me caigo de bruces, ¡qué poca educación, copón!

Dentro del templo hay un Buda de bronce enorme y otros dos budas más «pequeños» de metal a los lados y más estatuas de las que no te puedes llevar a casa.
Japón - Nara
También hay un agujero en una de las vigas, que según se dice, si puedes pasar por él, tendrás buena suerte. Lo ví y cabía en él seguro, pero la cola era tal que preferí pasar (NOTA: Y ahora ya no quepo 🙂 ). De camino a casa paramos en un restaurante donde nos comimos un cerdo empanado con arroz, para variar, muy rico y muy caliente, creo que casi me quedo sin lengua esta vez.

Japón - Nara
Luego por la tarde, tranquilamente nos dirigimos a Nagaoka a hacerle una visita a Vicente, que nos había acompañado durante sus días libres y hoy ya tenía que trabajar. Su restaurante se llama Alegre y es muy pequeñito, pero muy cuco, como se suele decir. Su mujer Ayaka es muy maja, y nos comimos unas albóndigas con salsa verde, pollo al ajillo, un arroz con tomate y una paella sevillana que, sin duda fue un gran descubrimiento, no había probado el arroz de esa manera y está buenísimo (NOTA: Por desgracia, el restaurante Alegre cerró hace unos años 🙁 ).

Japón - NaraJapón - NaraJapón - NaraJapón - Nara

Estuvimos con una amiga suya a la que da clases de español y que tenía muchas ganas de hablarlo, una lástima que nos explicáramos tan mal y todos habláramos de forma distinta (dos vascos, una extremeña y un medio madrileño…tela xD), la pobre a veces no se enteraba. Les descubrí el Valle del Jerte, a ver si alguno se anima a visitarlo otro año, que mola mucho 😉

Y después de asaltar una tienda de todo a 100 yenes (¡¡caramelos con colágeno!!), nos fuimos pa casita, que eran más de las 12 y nos iban a cortar los trenes en nada. Tenemos que visitar otra vez Nagaoka, es una ciudad muy tranquilita, podría vivir en ella.

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15 días por Japón día 04: Takarazuka y Fushimi Inari

Japón - Takarazuka y Fushimi Inari

– Escrito originalmente el 30 de marzo de 2010 –

Por fin el jet lag hizo su aparición y casi hacemos novillos en lugar de levantarnos como las personas mayores, menos mal que el plan de hoy nos hacía ilusión, que si no nos quedamos calentitos en el futón. Hoy tocaba el Museo Tezuka, dedicado a Osamu Tezuka, dios del manga. El museo se encuentra en Takarazuka, ciudad «pija» de la zona, donde el mercado del ladrillo se ha extendido por las laderas de las montañas dejando un paisaje feísimo lleno de edificios en mitad de las laderas. Esta ciudad es conocida por el teatro Takarazuka, en el que todos los papeles de las obras los interpretan mujeres; ¿que cómo se ve una señora vestida de hombre? Afeminada, lo que no desentona con lo andróginos que son los hombres. Paseamos por una de las calles principales de la ciudad, llena de sakura y sin un solo conbini. Es la primera vez que veo una ciudad en la que no hay un conbini en más de un kilómetro; tanta pijería para luego no comprarnos el tentempié de media mañana.

Japón - Takarazuka y Fushimi InariJapón - Takarazuka y Fushimi Inari

El museo Tezuka está bastante bien, en su puerta hay una estatua enorme del fénix de Hi no Tori, perfiles metálicos de sus personajes y un Hollywood Boulevard para sus estrellas animadas. Por dentro puedes encontrarte una amplia biografía ilustrada con fotografías, anécdotas y sus cuadernos, donde desde muy pequeño ya creaba historias. Vimos una película que decía lo mismo que la exposición, y en la que casi nos quedamos dormidos, maldito jet lag. Al final de la exposición tienes una tienda de souvenires con cosas bastante curiosas como las galletas de Jack Black o Astroboy, una biblioteca con ejemplares de todas las obras en todos los países donde se han publicado  y ejemplares originales de los magazines donde se publicaron sus historias y sus recopilaciones. También hay pantallas con juegos para los críos, para pintar personajes en papel semitransparente, colorearlos, etc. Podría ser mucho mejor, pero te haces una buena idea de lo grande que es este hombre y lo que significa para el mundo hoy en día, aunque no nos demos cuenta de hasta dónde llega su influencia en el mundo de la historieta.

Japón - Takarazuka y Fushimi InariJapón - Takarazuka y Fushimi InariJapón - Takarazuka y Fushimi Inari

De regreso a la estación encontramos ¡un conbini! Aunque claro, al lado del andén, y picamos algo para aguantar hasta la comida, que devoramos como gatos salvajes. En mi línea de no comer nunca lo mismo, probé el curry de carne de vacuno con una sopa de miso que me supo a gloria, y repuestas fuerzas nos fuimos a Fushimi Inari.

Japón - Takarazuka y Fushimi Inari

Fushimi Inari es un santuario de Kyoto que tiene una particularidad: un camino que sube por la montaña lleno de torii, puertas rojas de esas que hay a las entradas de los santuarios sintoístas. Aunque hay mucha gente subiendo y bajando continuamente, al estar tan juntos los torii unos de otros parece que estés en un túnel larguísimo y te aísla bastante, ideal para dar un paseo tranquilo.

Japón - Takarazuka y Fushimi Inari

Otra cosa curiosa es que en lugar de los típicos gigantes a los lados de las puertas de los templos, en éste las flanquean zorros o kitsune, animales mitológicos que pueden transformarse en cualquier ser.

Japón - Takarazuka y Fushimi Inari

En la parte superior del camino había otro bosque de bambú con las cañas mucho más apretadas y cuando hace viento, se oye el entrechocar hueco. Lástima que se parara el aire cuando estuvimos.

Por la noche, decidimos que ya era hora de ir al McDonalds a probar las hamburguesas raras que hay aquí. La verdad es que la de teriyaki estaba buena, pero es MUY pequeña, me quedé con hambre y tuve que comprarme una McPork, hamburguesa de cerdo, que también estaba muy buena, pero igual de pequeña, claro que por 100 yenes no puedes pedir mucho 🙂

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